Quisiera y debería hacer muchas cosas, pero antes que nada debo, necesito ordenar los pensamientos dentro de mi cabeza antes de tomar acción de cualquier tipo. El propósito original de este blog era el de ayudarme durante los momentos de estrés en Psicología, una válvula de escape, después una especie de contenedor de fantasías, después una crónica y últimamente no he hecho uso de el en absoluto, pero ahora debo.
Vivimos asustados de nuestro sueños, el hombre es un animal de comodidades que una vez que encuentra una situación segura se aferra a ella con uñas y dientes y la defenderá hasta la muerte, si es que no ve que su situación de seguro no tiene nada en realidad y que debe cambiarla si es que quiere que su vida continúe de una forma u otra, para bien o para peor. El cambio, resulta pues, amenazador para la mente que no sabe reconocerlo, es decir el instinto lo hace notarlo y hace todo lo posible para que este no suceda, sin que la persona se de cuenta, no es hasta que la persona se hace consciente que es cuando tiene alternativas, permanecer en la misma situación o saltar hacia el cambio, es un pasito,es una caída profunda, pero se llega a un lugar mejor,da miedo, pero se debe hacer.
Solía considerarme un hombre con ciertas virtudes, pero estas han demostrado ser fallas de la personalidad y dignas de ser eliminadas o bien sustituidas por sus equivalentes correctos.
Confundía la cobardía con prudencia, la testarudez con templanza, etc.
El éxito es una miel que he probado varias veces, pero en cantidades tan pequeñas, que no me acuerdo a que sabe, debo trabajar más para recordarlo, porque la sensación de seguir fracasando es como una piedra en el estómago, una piedra amarga y su sabor escala a la garganta y sientes su sabor podrido en la boca, te hace olvidar quien eras y qué es lo que has hecho, uno se puede acostumbrar a cualquier cosa, siempre en cuando uno obtenga un beneficio, el fracaso engendra frustración y a frustración busca atención de una mala manera; lástima.Y ya no puedo seguir con piedras en el estómago, así no.
Y un hombre que busca ser llamado como tal, reconocido por la historia como tal, no puede vivir de ella, ni tolerar el fracaso.
El caso del arte como mi amiga Mónica lo puso es "Pretender a una muchacha muy bonita pero increíblemente culera" es decir que si no le das todo, que si no tienes con que pagar la belleza, solo te desprecia. Para pagar hay que ser chingón, para pagar hay que ser valiente.
La Fortuna favorece a los audaces.
Sin esperanza, sin miedo.
No basta con decir que no tienes miedo para no tenerlo, aun me asusta dejar la seguridad, la zona de comfort, un lugar al que no me debí aventurar jamás, pero me hace mucho daño quedarme, ya no quiero lástima, quiero pulir lo bueno que tengo, hacerlo valer y compartirlo, no mostrar las cosas que a nadie le importan, quiero seguir hacia arriba, al buen camino, no quedarme abajo o hacia atrás, cada vez sentir más asco de lo mediocre, que ya lo siento, pero me autosaboteo para permanecer.
Si no lo hago yo ¿quién?
Quiero ser lo que hago, no lo que digo.
Lo ves y lo consigues.